Queremos nueces, no ruidos

Por Joaquín Aparicio Tovar

Hay que aclarar, ante todo, quienes somos los que decimos queremos nueces. Aclaración necesaria para evitar semejanzas con eximios representantes del partido de los corrompedores y corruptos, todavía hoy en el Gobierno, a quienes se les llena la boca arrogándose la recta interpretación de lo que quieren u opinan “los españoles”. Teniendo en cuenta que en las elecciones solo les ha confiado su representación una minoría del cuerpo electoral (más o menos el 28 por ciento), y no consta que antes de hacer tales afirmaciones hayan recibido una llamada de teléfono o un triste whatsapp de del 72 por ciento restante, resulta claro que hacer tales afirmaciones es el resultado de una mentalidad autoritaria de corte fascista como la de Franco quien, por la gracia de Dios, sabía interpretar lo que los españoles tenían que pensar por el bien de la patria. Se conoce que les cuesta mucho abandonar esa escuela. Pues lo dicho, para no incurrir en semejante aberración, ese nosotros aspira a incluir a todas aquellas personas, que no fueron todas las españolas, que en las elecciones de diciembre votaron, a la vista de lo que propusieron los partidos, por recomponer los desastres causados por las políticas austericidas y represivas de los últimos años. Es una gran mayoría a la que hay que sumar, como diría el admirado López Bulla, algunos conocidos y saludados. Los amigos están incluidos de oficio.

Cuando pedimos nueces pedimos que haya cambios concretos que limiten el inmenso poder que en España tiene una ínfima élite económica a cuyo servicio actúan los medios de comunicación más difundidos, aunque cada vez menos atendibles y más degradados. Esos medios se hacen eco de supuestas manifestaciones de representantes de los partidos políticos que podrían liderar un cambio sin analizar ni destacar (es más, se ocultan) las medidas necesarias sobre las que se podría construir una alianza. Por el contrario se mete ruido con la gobernabilidad, la estabilidad, la necesidad de una coalición “moderada” que incluya el PP (!!) . En esa operación está el nuevo partido de la derecha, Ciudadanos y el PSOE parece sigue hablando del pacto con este partido como sólido punto de arranque para cualquier acuerdo con otras fuerzas de progreso. ¿Porqué no nos ahorran tanto ruido y nos dicen lo que es necesario hacer? El nosotros de más arriba opina que quien tiene una posición maximalista es Ciudadanos al no querer revertir la inicua reforma laboral. Una posición que el PSOE no debería asumir, está a tiempo de corregir si de verdad, como dice, quiere que el PP pase una temporada en el taller de reparaciones sin mando en plaza. La derogación de la ley mordaza, la reforma del código penal, la protección efectiva de la educación y la sanidad públicas, poner orden en la radiotelevisión pública para que deje de ser instrumento de adoctrinamiento partidista, reforma de la ley electoral y otra voz en Bruselas para construir una Unión más decente, serían las nueces que estamos deseando caigan del nogal de la democracia, aunque no sea el tiempo agrícola de ello.